¿Qué mortal puede comprender el paso del umbral hacia lo desconocido?
En el lecho de muerte, el miedo al “más allá” suele hacerse presente y para muchos es sumamente difícil enfrentarlo. Solo la fe y la esperanza relejadas profundamente en cada verso del Salmo 23, aportan la guía y la fortaleza necesarias para lograr el cruce final hacia el viaje a la inmortalidad. El Buen Pastor ha diseñado detalladamente el peregrinaje del hombre en esta vida.
Él te enseña a escuchar el sonido rítmico de su cayado sobre las piedras al caminar, para garantizarte su presencia confortadora. Te acoge como “huésped intocable” a su mesa en medio de los angustiosos peligros del desierto. Te marca con el bien y la misericordia, los descansos pasajeros, las largas veredas por los valles y montañas que debes atravesar, hasta conducirte finalmente hacia tu última morada, la ETERNIDAD.
Tomado del Libro: “El Salmo para Zurdos, Locos y Feos”