¿Quieres saber los pasos básicos de: “qué hacer” y “cómo”?
La tarea de escribir equivale a una “extensa jornada” que lleva años de empeño y mucho sacrificio; hay un precio que pagar. Si tu deseo es iniciarte como escritor, este gran objetivo conlleva una búsqueda interior, imaginación, dedicación y determinación.
En algún momento, quizás habías querido escribir un libro, pero, no supiste cómo empezar siquiera, ¿verdad? Posiblemente ya tengas algo escrito y ahora quieres conocer el siguiente paso; o deseas obtener más conocimiento y capacitación tomando cursos para escritores para sentirte más seguro de lo que vas a hacer.
Permíteme compartir contigo estos sencillos consejos:
1. escribe a Diario
Escribe sobre un tema que tú ya conoces y puedas manejarlo bien. Comienza con frases cortas, palabras u oraciones sencillas, que te ayudarán a liberar poco a poco tu potencial y conocer lo que podrías aportar a la comunidad.
En 1977 yo comencé con pasajes de la Biblia, “tejiendo” versos (uno con otro) y con temas relacionados; al unirlos, había “tejido” una oración. A veces me salían poesías con las cuales comencé a inspirarme más y más. Así fue que mi imaginación comenzó a explorar nuevos estilos, perfiles y maneras de estructurar párrafos.
Después comencé a enseñar una clase para niños en la Escuela Dominical, tras lo cual di inicio a otro nivel de desarrollo de la escritura. A través de los años y con mucho estudio e investigación, fui acumulando varias frases y temas, uno tras otro, hasta llenar una página, luego otra y así sucesivamente, hasta que aparecía un nuevo manuscrito en mis archivos.
En 1990 nació mi primer libro de 18 páginas. ¡Je, je, je! Tú podrías hacerte esta pregunta: ¿Tanto tiempo escribiendo para solo 18 páginas?
Cuando menos esperé ya tenía aquel pequeño libro, titulado “Los Dones Espirituales”, que por cierto nunca lo publiqué oficialmente; solo hice 50 copias en la imprenta de la esquina de mi casa, en la ciudad de Elgin IL, y en un viaje a la Argentina, las vendí. Ese logro elevó mi motivación y comencé a tomar más en serio el papel de autora.
Es posible que tú no tardes mucho tiempo en escribir un libro como yo, pero te animo a que sigas adelante. En mi caso, cuando escribía y pensaba que un día podría publicar los temas, ¿sabes qué?, aparecían las “maripositas en el estómago” y me decían que no iba a lograrlo; es por eso que tardé, persistí y nunca me di por vencida.
2. Lee y Proyéctate
La sugerencia aquí es que dejes de ver mucha TV y conectarte a la lectura, porque esto te proporciona ideas, recursos, vocabulario e inspiración. Al leer te puedes proyectar a aprender más, a buscar infinidad de historias dentro de ti. Para ser un escritor tienes que leer mucho y escribir muchísimo. Escribe y lee, escribe y lee, escribe y lee, escribe y…
Ahora, si quieres tomar cursos para escribir, también es buena idea. Yo tomé unas clases de periodismo en la ciudad de Chicago, las cuales me han ayudado bastante.
Para mí, leer no fue un problema porque yo crecí con libros; mi pasión eran las novelas, las series, etc. Cuando estaba frente al televisor, no era mucha la información que obtenía; por eso trataba mejor de leer y meditar la Biblia, observando las conductas de los personajes. Así que es importante leer, observar, meditar y de esa manera proyectarte.
3. Apasiónate de la vida, que todo llega a tiempo
Descubre cosas sencillas en la vida diaria, es aquí donde tu imaginación no tendrá límites. Mantén contacto con la realidad, esto te va a brindar inspiración. Permanece al tanto a la voz del Espíritu Santo; puede venir una palabra clave o frase especial para un tema, etc. La imaginación es una buena herramienta para llevar a cabo tu proyecto; por ejemplo, podría ser el nombre que escogerías para tu libro. Cuando lo dejas en mano del Señor y le haces preguntas, Él te contesta con toda Su sabiduría.
Te cuento que yo tenía listo el manuscrito del “Salmo 23” e incluso lo envié a la editorial, pero, por una causa u otra, no podía concluir poniendo el libro a la venta. Después de 10 meses lidiando con el contrato, tuve que cancelar todo. Ese manuscrito, ya “listo” para imprimirlo, permaneció detenido en casa por dos años, sin tener una razón justificada. Entonces resulta que una noche, después de una prueba muy dura que pasé esos días, en oración le pregunté a Dios: Señor, ¿qué quieres hacer con este libro? Al día siguiente llegaron a mi mente una lluvia de palabras, hasta que al fin sentí mucha paz en escoger estas palabras: “Zurdos”, “Locos”, “Feos”. El título de este libro es, precisamente: “El Salmo para Zurdos, Locos y Feos”, y, seguidamente las cosas se acomodaron para publicarlo sin ningún problema. Al tener una buena relación con Dios, las cosas se añaden a Su perfecta voluntad.
4. Encuentra un tema
Busca tu estilo, la forma que quieres presentar tus escritos. El primer párrafo del tema es muy importante porque esto orientará al lector y, a la vez, te da dirección como escritor.
A veces cuando comienzo a escribir un tema, de repente no es lo que pensé originalmente y después de seguir escribiendo es necesario cambiarlo un poco. Es posible que a otros escritores les sucede lo mismo, pero, en mi caso, en ocasiones cambio el tema y guardo los párrafos que había escrito originalmente para “otra oportunidad” y sigo adelante.
Mi estilo es variado, muy corto y conciso; no me gusta mucho quedarme en lo mismo, por lo que debo encontrar diferentes enfoques, ejemplos y puntos de vista.
Es posible que a ti te guste escribir alguna literatura cristiana de ficción . Hay mucha gente que se niega a ir a una iglesia evangélica, pero sí les gustaría leer la literatura de ficción cristiana, ¡pues, adelante con el llamado a escribir!
5. Identifica a tu público
Enfócate en el tema del que quieres escribir y determina si es para adultos, jóvenes, hombres, mujeres, matrimonios o niños.
Cuando escribo, lo primero que trato es de imaginarme cómo puedo ayudar al lector. Me pregunto ¿qué le podría edificar espiritualmente?, luego me llega la pasión de unir las letras matizadas con el amor de Dios y al “tejerlas” surgen las frases que seguramente dejarán huellas profundas en sus corazones. Siempre pienso en el LECTOR.
6. Sé disciplinado
Encuentra un lugar tranquilo y cómodo para escribir. Establece plazos semanales o mensuales; sé perseverante en hacerlo, aunque habrá días que sentirás una gran inspiración y con muchas ganas de redactar y habrá otros días que te serán contrarios y querrás “tirar la toalla”. He perdido la cuenta de las veces en que me he sentido totalmente desanimada y diciéndole a Dios “¡Hasta aquí llegué, no vuelvo a escribir una frase más!”. Esto es muy normal, sigue consistentemente, vas por el buen camino.
7. Trabaja firmemente
No te preocupes “tanto” por agradar a nadie, ni tengas miedo de lo que van a pensar los demás; es normal que te dé cierta “vergüenza” o “miedo” de publicar tus escritos. Trabaja bien enfocado y con perseverancia, aunque tus propias “mariposas en tu estómago” te digan lo contrario. Escribe con toda tu integridad, naturalidad y directo de tu corazón.
8. Entiende Acerca del rechazo
Si algunos no te rechazaran, simplemente no podrías ser escritor”. Alguien dijo: “Los escritores se reconocen entre ellos por las heridas de la cara: pómulos hinchados, narices rotas. ¿Sabes por qué? Porque hacen el papel de boxeadores, siendo rechazados muchas veces y reciben ‘derechazos no justos’, pero ¡PERSISTEN!”.
No tengas miedo aun cuando las puertas esten cerradas; solo comienza a dar el primer paso. Cada escritor es tan diferente particularmente, con su ánimo y energía, sus locuras, fobias y debilidades; pero ahí estamos: persistentes con nuestra pluma y papel porque tenemos una gran responsabilidad delante de Dios de entregar un mensaje de literatura a la humanidad.
9. Busca supervisión y apoyo
Si tu libro está en condiciones para publicarse, se necesita a alguien que te pueda señalar los errores más frecuentes. Puedes buscar un asesor, editor, corrector de estilo o lector para que pueda orientarte. También puedes encontrar el lector alfa o lector beta.
:¿Cuál será la mejor opción Editorial Tradicional o Autopublicación? Con mi primer libro “How to Reach Los Hispanos”, utilicé la Editorial Tradicional; desafortunadamente quise “correr antes de andar” y perdí mis derechos de autor, ya que ellos se quedaron con mi manuscrito; luego, al querer recuperarlo, me pidieron pagar un precio monetario. Creo que ese primer libro, bajo un sello editorial, fue asesinado, muerto en vida. Entonces decidí no hacer más tratos con esta clase de personas que son asignadas a detener la misión, los sueños y la esperanza de los demás.
Ahora opté por autopublicar mis libros, es mucho más económico. Además, se deben explorar otras opciones, como las de ganar más dinero en “regalías” y –claro– toma más de tu tiempo y trabajo, pero quedarás más satisfecho con esta última opción.
Hoy en día tenemos las herramientas para producir y vender el libro bajo demanda y de forma electrónica: “KDP” (Kindle Direct Publishing); es el formato digital para la venta en “Amazon”. Hay otras plataformas para publicar tu obra, tales como: “CreateSpace”, “Ibukku”, ”BookBaby” y “Kobo”.
No tiene nada de malo intentar ser práctico y apasionarte con tu trabajo. Si escoges autopublicar tu libro, existe mucha información acerca de los primeros pasos a dar. Para promocionarlo, dentro de las redes sociales podrás atraer un gran número de lectores para conseguir un incremento de ventas. (Yo estoy en este proceso).
10. Por último, expolit
Es una reunión anual donde te encontrarás con profesionales de la industria editorial de todas partes del mundo y de diferentes áreas ministeriales con el propósito de estrechar lazos comerciales y de hermandad.
Recuerda que tus días están contados en esta tierra. Si tu misión y pasión es escribir y crear, entonces ¡escribe y trasciende! Así que ¡anda, anímate!, ¿Hasta cuando quieres seguir demorando? ¡YA! ¡Ándale, ándale! TU TIEMPO ES HOY.
”Pueden impedirte ser un autor publicado, pero nadie puede impedirte ser un escritor, o incluso ser mejor escritor cada día. Todo lo que tienes que hacer para ser un escritor es escribir.”
Katerine Neville (1945) Escritora estadounidense
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