¿PALABRAS PRESTADAS?
Sí, se trata de diversos términos que sueles escuchar y que no son de tu propiedad. Éstos, van de boca en boca con el fin de sacar impresiones y conclusiones adulteradas las cuales pueden convertirse habladurías y chismes letales. Finalmente, se hacen afirmaciones falsas, las cuales dan a luz mentiras, calumnias y distorsiones de la verdad.
Las palabras necias e impropias que salen de nuestra boca dañan profundamente en vez de dar buenos frutos. Al ser pronunciadas no caducan ni desaparecen, sino el eco de las mismas se extiende por doquier y continúan afectando a muchas personas. Son voces irreversibles que aquel DÍA daremos cuenta de ellas ante el Dios Todopoderoso.
Introducción
¡Ego, quedas despedido de mi corazón!
Ya no tendrás dominio en mi vida. A partir de hoy, localizaré mi capacidad, integridad y excelencia, para despertar así mi dormida consciencia.
¡Basta ya!
Garantizaste bienestar y armonía; sin embargo, has aumentado mi insatisfacción, orgullo, vanidad y soberbia.
Pero descubrí tu plan. Has puesto en mi corazón abundancia de arrogancia, altanería y prepotencia, además de la indiferencia hacia mis semejantes. No permitiré que salgan de mi boca más escándalos, murmuraciones, palabras de superioridad y de abuso contra nadie.
¡Hoy cambio mi actitud y mi lenguaje!
No implores misericordia, porque nunca me has tenido misericordia.
¡Ego, estás destituido de mi agenda espiritual!
Quedas relevado por la Palabra de la Cruz.
Tú tienes un patrón egoísta y compulsivo que lucha para mostrarse y engrandecerse. Encuentras defectos de otros y hablas mal de ellos.
Tu estructura en el pensamiento siempre es: yo, mí, mío, para mí, quiero, no es suficiente, necesito tener.
Utilizas adjetivos humillantes y ofensivos. Es el estilo más crudo que empleas para tener la razón y triunfar sobre los demás.
“Ego”,
¿Me escuchas?
¡Quedas sustituido!
“Hoy mismo quedas clavado juntamente con Cristo Jesús y ya no eres tú, sino que la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a si mismo por mí”.
Así que, ¡muere en la cruz, quédate ahí y no te bajes!
Estimado amigo/a, ésta es la realidad del “ego”.
¿Por qué la lengua es tan intrusa?
La Lengua demuestra y revela lo que hay por dentro, porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Ésta murmura y enjuicia porque el corazón tiene un “archivo” de críticas, quejas y enojos.
Palabras, lengua, boca, voz, etc., son la materia prima que Dios utiliza para dar vida o destruir. La Biblia dice:
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”. Efesios 4:29.
Las palabras pueden ser caricias para el alma, o un arma mortal. Éstas levantan tempestades, encienden fuegos y se desvían sin rumbo fijo.
La mayoría de la basura que hay ahí adentro, proviene del “ego”. Es por esta razón que éste, debe estar clavado en la cruz del calvario.
¡Piensa antes de hablar! – ¿qué, cómo y cuándo hacerlo?
Seamos portadores de palabras con bendición para todos. David dijo:
“Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío”. Salmo 19:14.
Tomado del libro: “Lengua en Salsa al estilo Santiago”